Las ayudas a la financiación directa de proyectos innovadores superaron los 60 millones de euros, dentro del Plan Galego de I+D+i.

La Xunta de Galicia invirtió en 2010 un total de 60,7 millones de euros en ayudas a la I+D+i vinculadas directamente a la realización de proyectos, sin tener en cuenta la financiación de recursos humanos dedicados a la investigación. De todo este montante, aportado por la Consellería de Economía e Industria dentro de los programas del Plan Galego de I+D+i, 25 millones de euros fueron destinados directamente a empresas, mientras que 22,6 millones fueron ejecutados por centros tecnológicos y otras entidades.

La mayoría de las ayudas se concedieron a través de anticipos de hasta el 80% libre de garantía, una medida habilitada por la Consellería hace año y medio, que supone que la entidad beneficiaria puede disponer de la mayor parte de la ayuda desde el principio para poder poner en marcha sus iniciativas. Este método ha permitido aliviar los problemas de disponibilidad de liquidez, sobre todo por parte de las pymes, y reducir las cargas burocráticas y de costes, anulando la exigencia de presentación de avales.

Programas sectoriales

La investigación aplicada de carácter sectorial ha concentrado el 64% de las subvenciones concedidas: unos 34,4 millones. Estos han sido principalmente absorbidos por empresas y entidades de 12 ámbitos tecnológicos estratégicos para Galicia, con el objetivo de aumentar su competitividad mediante la investigación y el desarrollo industrial. El 55,2% de la inversión correspondió a los 291 proyectos llevados a cabo por empresas, mientras que la cuantía restante se dedicó a la financiación de los 228 trabajos liderados por grupos de investigación universitarios y centros tecnológicos, todos ellos con el fin de dar respuesta a necesidades concretas del sector productivo gallego.

Las tecnologías sectoriales que más ayuda recibieron fueron las de diseño y producción industrial, con 8,7 millones de euros de dotación; seguidas por las TICs, con 3,3 millones; y las tecnologías de los materiales, con cerca de 3,7 millones.

Innovación empresarial

El Programa de Fomento de la Investigación y de la Innovación Empresarial comprende todas las acciones e instrumentos destinados a incrementar la competitividad de las firmas gallegas a través del estímulo de la innovación en cualquier punto de la cadena de valor y en todos los procesos de la empresa. Esta línea ejecutó ayudas por valor de 4,6 millones de euros, de los cuales la mayor parte, el 76%, fueron utilizados para cofinanciar 67 proyectos innovadores realizados directamente en las compañías.

Por otro lado, el Programa de Investimentos Innovadores supuso apoyo económico a 19 empresas gallegas, especialmente pymes, para poner en marcha 20 planes de mejora competitiva. Lo principal fue la financiación de recursos materiales específicos para elaborar los proyectos innovadores dirigidos a poner en el mercado nuevos productos y servicios u optimizar los actuales. Los 3,5 millones de euros invertidos en total en este apartado permitieron la creación de centros productivos o la ampliación de los ya existentes, siempre que tuviesen la finalidad de crear nuevos productos y procesos.

También sirvieron para la diversificación de la producción de cara a atender mercados de productos nuevos o para una transformación fundamental de carácter innovador en las operaciones globales de producción, así como para abrir departamentos propios de I+D+i en las entidades. En cuanto al soporte de la gestión empresarial de la innovación, se pusieron en marcha un conjunto coordinado de actuaciones por valor de más de 4 millones de euros. La más destacada fue la creación de la Rede de Xestores de Innovación de Galicia (XIGA) que, gracias a la inyección de 2,3 millones de euros, permitió la capacitación de medio centenar de profesionales expertos y la cofinanciación de su contratación por parte de las pymes para asumir la coordinación de sus actividades innovadoras.

Además, se subvencionaron un total de 29 iniciativas de movilización, dinamización y sistematización de la innovación en las empresas gallegas, desarrollándose desde jornadas, seminarios y talleres prácticos hasta actividades piloto. Con más de un millón de euros se cubrieron 531 gestiones de empresas gallegas, para tramitar deducciones fiscales por actividades de I+D+i y la protección industrial de sus resultados, y de forma extraordinaria se puso en marcha también una partida para trabajos llevados a cabo para materializar nuevos productos y servicios tecnológicamente innovadores en el marco del Xacobeo 2010, concretamente 10 proyectos, que recibieron dos millones de euros.

Promoción de la investigación

Los equipos de investigadores universitarios recibieron más de 6 millones de euros dentro del Programa de Promoción Xeral de Investigación, destinados principalmente a la generación de nuevo conocimiento científico. En total, fueron 121 las subvenciones concedidas, que permitieron la realización de proyectos de investigación básica, la elaboración de propuestas para el VII Programa Marco de la UE y la organización y asistencia a congresos y cursos científicos. Las universidades gallegas fueron las destinatarias principales de esta inversión, con 5,3 millones de euros captados entre las tres.

Consolidación de unidades competitivas

La estructuración y consolidación de unidades de investigación competitivas de centros tecnológicos, de las tres Universidades y de centros públicos de I+D, fue una prioridad a la que se dedicaron 6,6 millones de euros. Se trata de reforzar las capacidades de los grupos investigadores gallegos más punteros, cubriendo gastos tanto de personal, como de material y equipamiento de laboratorio, así como formación, mantenimiento y movilidad, además de la divulgación científica.

La transferencia de resultados al mundo empresarial a través de los centros tecnológicos fue un punto clave a tener en cuenta. Destacan entre ellos el Centro Tecnológico de la Metalurgia (AIMEN), el de la Automoción (CTAG) y el de la Conservación de Productos de la Pesca (ANFACOCECOPESCA), que consiguieron todos ellos cuantías superiores a los 700.000 euros. Dichas ayudas fueron concedidas en base a un riguroso sistema de indicadores de eficiencia, ya que era necesario certificar la capacidad demostrada en relación a medio centenar de factores de actividad.